Elecciones: sorprendente avance alternativo
Por: Luis I. Sandoval M.
Las elecciones del 27 de octubre para el relevo de autoridades territoriales —alcaldes, concejales y ediles a nivel municipal, gobernadores y diputados a nivel departamental— fueron unas elecciones pasadas por balas, por corrupción y por incumplimiento. El contexto de la campaña electoral, primer año del gobierno de Iván Duque, puede calificarse como coyuntura trágica signada por el asesinato de centenares de líderes sociales y de guerrilleros reincorporados a la vida civil en virtud del Acuerdo de Paz (24 de noviembre, 2016).
No obstante, de manera sorpresiva, los resultados de los comicios marcan un retroceso notable de las fuerzas de derecha constitutivas del bloque de gobierno, son una derrota para Álvaro Uribe y su partido Centro Democrático como él mismo lo ha reconocido y, en lógico correlato, las preferencias ciudadanas se desplazan hacia el centro político en sus diferentes matices, destacándose en particular las ganancias del Partido Alianza Verde; en menor medida, se advierte un avance de fuerzas progresistas, liberales, izquierda, exguerrilleros. Puede decirse que, en mirada de conjunto, avanzan los alternativos (independientes y oposición).
Alcaldes provenientes de fuerzas no alineadas con el bloque de gobierno, la mayor parte a través de coaliciones, algunos también por firmas, además de Bogotá, se cuentan los de otras ciudades de primera importancia regional, entre ellas Cali, Medellín, Bucaramanga, Cartagena, Santa Marta, Cúcuta, Villavicencio, Manizales, Pereira, Mitú, Mocoa, Arauca y Florencia… 13 capitales sobre 32. Gobernadores soportados o respaldados por fuerzas igualmente ajenas al bloque de gobierno fueron elegidos en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Chocó, Caldas, Huila, Quindío, Putumayo y San Andrés…. 8 gobernaciones sobre 32 (estimativos propios sobre información de prensa).
“No es poca cosa si tenemos en cuenta que, sumadas estas ciudades, representan el 70 por ciento del electorado colombiano que definirá la próxima composición del congreso, así como el futuro presidente. Se hicieron con el poder regional, del cual carecían”, anota German Vargas Lleras en su Balance Electoral (El Tiempo, 03-11-19).
En mi opinión, tres son las figuras que expresan las distintas dimensiones (política, social, cultural) del avance alternativo: Claudia López (Alianza Verde, PDA, Compromiso Ciudadano), mujer con pareja mujer, adalid de la lucha contra la corrupción, elegida alcaldesa de Bogotá, urbe de ocho millones de habitantes, segundo cargo político del país; Víctor Hugo Vidal (Colombia Humana, UP, PDA), elegido alcalde de Buenaventura, afrodescendiente, vocero del memorable paro cívico de 22 días en 2017, ciudad de 450.000 habitantes con enormes carencias, principal puerto colombiano en la costa Pacífica; Guillermo Torres, el cantante de las Farc-Ep, alias Julián Conrado, elegido alcalde de Turbaco (Colombia Humana, UP, Mais), ciudad de 100.000 habitantes, a poca distancia de Cartagena de Indias en la costa Caribe. Canciones de Torres como La Volqueta (https://www.youtube.com/watch?v=WVYspF24pWc) gozan de amplia acogida.
El retroceso de la derecha y el consecuente avance alternativo constituyen un cambio del paisaje político tan protuberante que el presidente de la República no puede ignorar esta nueva realidad; ello normalmente debe conducir a replanteamientos y relevos como lo han indicado varios analistas, entre ellos la colega columnista de este diario Patricia Lara.
“El presidente Duque, a partir de los resultados electorales, tiene todo el aval para buscar una alianza en el Congreso con la Bancada de la Paz (Partido Verde, Liberal, de la U, Polo Democrático, Cambio Radical, Decentes y FARC), y así superar el estancamiento político y sacar adelante sus proyectos… Debe oír (los mensajes) el Eln, con el fin de que deje su empeño en continuar la guerra, entienda que le dan más frutos los caminos democráticos, busque un acuerdo con el Gobierno y reinicie las conversaciones de paz”. “El presidente Duque debe sintonizarse con ese nuevo país, cambiar su política de defensa, obligar a las tropas a regresar al respeto de los derechos humanos y empeñarse en la consolidación y conquista de la paz completa”, concluye Lara.
El primer asunto que requiere total atención en el nuevo contexto político es el de las garantías para la vida y la acción de líderes sociales y reincorporados de la guerrilla. Funciones básicas del Estado y precisas disposiciones contenidas en el Acuerdo de Paz Estado-Farc deben ser hechas efectivas. Hay que cerrar ya la coyuntura trágica.
Amén del giro alentador que muestran con claridad los resultados electorales, celebrados en todas partes, Colombia deja entrever una enorme potencialidad en el campo de la movilización social y en el campo cultural, académico y artístico. Constatado lo anterior, no es aventurado plantear que un inmenso movimiento de cambio trata de abrirse camino hoy en el país a partir de la evolución en el sentido común de amplios sectores ciudadanos. Todo indica que se acerca el otoño del patriarca y que se hace posible la epifanía de un sujeto plural transformador en 2022.
El avance democrático del país exige asegurar garantías reales a la vida de todos. No querrán las nuevas autoridades territoriales seguir cargando con el peso de este espantoso desangre. ¡No más muertes, no más masacres, no más exterminio! ¡Juego de pluralidad con garantías plenas para todos! Tal es el clamor más básico de la paz.