El amor se enseña
Esta columna se nutre de palabras, sentimientos y acciones direccionados a la conquista de la paz. Por eso en esta ocasión trascribo el sabio y hermoso saludo de navidad formulado por el profesor Vladimir Zabala Archila desde el espacio que el 1 y 2 de octubre realizó el Encuentro Nacional de Pedagogía para la Paz, tomando muy en cuenta la directriz que se impartió de divulgarlo por los medios posibles.
Por: Luis I. Sandoval M
“Si puedes ver, en las semillas del tiempo y decir cuál grano crecerá y cuál no, entonces háblame”. Shakespeare, Macbeth. Finaliza este 2015 con buenos augurios desde la construcción de la paz. Esta navidad y toda natividad celebran el nacimiento de los seres humanos primordiales representados en la persona del niño Jesús en nuestra cultura. Habrá pesebres, árboles de navidad y la metáfora de los regalos que son las semillas del tiempo convertidas en frutos de la paz anhelada.
Es el homenaje pedagógico y cultural a la familia, María, José y Jesús en un hogar donde el fuego constituye el símbolo compartido de la fraternidad y la solidaridad. Es la novena de aguinaldos desde el 16 al 24 de diciembre en la cual el árbol representa la abundancia de los granos crecidos en tierra fértil. El árbol de navidad interpreta la naturaleza que muere y la naturaleza que renace. La paz es también con la naturaleza. Pero, ¿y cómo la lograremos?
Rehaciendo el amor sincero y eficaz, sincero porque es impecable, no requiere explicación solo pide acción y compromiso. Eliminando el odio y la envidia y sobre todo el rencor, resentimiento productor de todas las violencias. “cada violencia tiene un olor, una presión sobre el pecho, una típica sensación sobre la piel, tras cuyo rastro es posible encontrar las imágenes que se escabullen para asumir la forma cómoda y rutinaria de lo que muestran día a día las cámaras hastiadas de periódicos y noticieros”. Estas violencias deben morir para que renazca la nación. Para lo cual la comunicación del odio y la desdicha debe terminar.
Pero sigue la pregunta: ¿cómo hacerlo? Múltiples propuestas estarán en conclusiones sesudas que pronto entregaremos. Por ahora insistamos en lo esencial la realización del amor sincero y eficaz.
Este amor que nos revela como somos: amor viene del latín “amma” amor relacionado con la madre, amar la madre, la propia la del otro y la otra, la de todos: la madre tierra. Esto nos caracteriza como especie tratar de ser más humanos derrotando la agresión con la colaboración, con el compartir, con el pensar, pensamos porque existe otro u otra que nos hace pensar en nosotros y nosotras como existencia convivencial. Esta característica es simple y es siempre no hay que perderla.
“Nadie nace amando, el amor se enseña, se aprende es un proceso cultural”. Ese es el propósito de la educación con paz y para la paz. Aspiramos a cambiar los contenidos y mejorar la forma de la educación desde el territorio y con los seres humanos raizales desde una participación incluyente constructora de lo humano, con el respeto, la confianza mutua, la colaboración, la ternura, el acuerdo mutuo, la ayuda mutua derroteros compartidos de pedagogías de acompañamiento participante, sugerente, nunca imponente.
Lo elemental es que estos valores sean visibles, consistentes si en la cotidianidad los enarbolamos y realizamos en la escolaridad todo será más fácil, es decir cualquier estudiante varón o mujer los podrá ejercer con alegría. Y todo colombiano y colombiana lo realizará en el día a día. Por ello, la paz será una fiesta… y empecemos ya en estas navidades.
El 2 y 3 de octubre de este 2015 nos reunimos pedagogos y pedagogas, artistas, jóvenes, niños y niñas, madres de familia, personas en discapacidad colombianos y colombianas de las diferentes regiones y territorios para buscar pedagogías y prácticas culturales que realicen la paz que todos y todas anhelamos. El 17 de diciembre de hace 196 años fundamos a Colombia con la Constitución de Angostura. Nos preparamos para refundarla con este proceso de paz llegando a buen término el próximo año.
@luisisandoval